LA PRÁCTICA DE ADUEÑARTE DE TUS PROYECCIONES.
"Para adueñarte de tus proyecciones, debes descubrir y reconocer las partes de ti mismo que te has negado a ver.
Resulta que todo lo que crees que es verdad sobre la gente que te rodea, o sobre las situaciones en que te encuentras, refleja una historia que tienes sobre la forma en que funciona el universo.
Cuando comprendes esto, examinas detenidamente cada situación difícil de tu vida y luego la cambias desde dentro.
Cuando te adueñas de las partes de ti mismo que te hacen sentir incómodo, ya no culpas a nadie por tu dolor o infelicidad.
Entonces brillas con luz propia Nuestras sombras son aquellas partes de nosotros mismos que nos hacen sentir que no somos lo suficientemente buenos, que no nos quieren o que somos un fracaso y nunca seremos felices; y la proyección es el mecanismo neurótico mediante el cual estas características negativas son asignadas a otras personas.
Proyectas cada aspecto de tu sombra sobre el mundo, sea éste positivo o negativo. Y el universo se organizará para ajustarse a tus proyecciones y darte la razón cada vez.
Practica adueñarte de tus proyecciones, porque cuando lo hagas, la sombra se hará muy pequeña.
Puedes empezar por convertir una historia como “mi pareja me está haciendo infeliz” en “me estoy haciendo infeliz a mí mismo”. Tu pareja está simplemente procediendo como suele proceder, pero no te está haciendo infeliz – sólo tú puedes hacer eso-.
Cuando te adueñas de la proyección, dejas de interpretar el papel de víctima.
Por supuesto, esto no quiere decir que te tienen que gustar comportamientos que encuentres inaceptables. Tu pareja va a tener que mejorar su capacidad de comunicación, pero tu felicidad ya no dependerá de si lo hace o no.
Sin embargo, adueñarte de tus proyecciones no es suficiente.
Si vas a soñar el mundo de otra manera, tienes que convertir tu proyección en una historia de gracia y poder, a la que llamaremos una declaración de viaje.
Por ejemplo, podrías decir: “Cuando me hago feliz a mí mismo, todos los que me rodean me devuelven el reflejo de este sentimiento”.
De este modo, reafirmas tu poder sobre tu propia felicidad y puedes buscar en tu interior los recursos necesarios."
Y el Universo responderá
"Para adueñarte de tus proyecciones, debes descubrir y reconocer las partes de ti mismo que te has negado a ver.
Resulta que todo lo que crees que es verdad sobre la gente que te rodea, o sobre las situaciones en que te encuentras, refleja una historia que tienes sobre la forma en que funciona el universo.
Cuando comprendes esto, examinas detenidamente cada situación difícil de tu vida y luego la cambias desde dentro.
Cuando te adueñas de las partes de ti mismo que te hacen sentir incómodo, ya no culpas a nadie por tu dolor o infelicidad.
Entonces brillas con luz propia Nuestras sombras son aquellas partes de nosotros mismos que nos hacen sentir que no somos lo suficientemente buenos, que no nos quieren o que somos un fracaso y nunca seremos felices; y la proyección es el mecanismo neurótico mediante el cual estas características negativas son asignadas a otras personas.
Proyectas cada aspecto de tu sombra sobre el mundo, sea éste positivo o negativo. Y el universo se organizará para ajustarse a tus proyecciones y darte la razón cada vez.
Practica adueñarte de tus proyecciones, porque cuando lo hagas, la sombra se hará muy pequeña.
Puedes empezar por convertir una historia como “mi pareja me está haciendo infeliz” en “me estoy haciendo infeliz a mí mismo”. Tu pareja está simplemente procediendo como suele proceder, pero no te está haciendo infeliz – sólo tú puedes hacer eso-.
Cuando te adueñas de la proyección, dejas de interpretar el papel de víctima.
Por supuesto, esto no quiere decir que te tienen que gustar comportamientos que encuentres inaceptables. Tu pareja va a tener que mejorar su capacidad de comunicación, pero tu felicidad ya no dependerá de si lo hace o no.
Sin embargo, adueñarte de tus proyecciones no es suficiente.
Si vas a soñar el mundo de otra manera, tienes que convertir tu proyección en una historia de gracia y poder, a la que llamaremos una declaración de viaje.
Por ejemplo, podrías decir: “Cuando me hago feliz a mí mismo, todos los que me rodean me devuelven el reflejo de este sentimiento”.
De este modo, reafirmas tu poder sobre tu propia felicidad y puedes buscar en tu interior los recursos necesarios."
Y el Universo responderá