martes, 30 de junio de 2015

Las 231 puertas
El Sepher Yetzirah menciona las 231 puertas en dos de los párrafos del segundo capítulo.
2.5- ¿De qué modo lo hizo? Alef con todas y todas con Alef. Bet con todas y todas con Bet. Gimel con todas y todas con Gimel. Se repite el ciclo y emanan 231 puertas. Resulta que todo lo que ha sido formado y todo lo que ha sido dicho emana de un Nombre Único.
Cada una de las 22 letras se combina con las otras 21. Desde la primera que es Alef hasta la última que es Taf. En total hay 231 posibles combinaciones, que constituyen igual cantidad de puertas.
Veámoslo matemáticamente: se empieza por Alef que se combina 21 veces con las restantes letras; se sigue con Bet que se une 20 veces con las otras 20 letras, ya se había asociado anteriormente con Alef. Siguiendo con Guimel que se combina con las 19 letras restantes y así sucesivamente:
 
Álef
Se combina con las
21 letras restantes:
021 combinaciones
 
Bet
Se combina con las
20 letras restantes:
020 combinaciones
 
Guimel
Se combina con las
19 letras restantes:
019 combinaciones
 
Dálet
Se combina con las
18 letras restantes:
018 combinaciones
 
Hei
Se combina con las
17 letras restantes:
017 combinaciones
 
Vav
Se combina con las
16 letras restantes:
016 combinaciones
 
Zain
Se combina con las
15 letras restantes:
015 combinaciones
 
Jet
Se combina con las
14 letras restantes:
014 combinaciones
 
Tet
Se combina con las
13 letras restantes:
013 combinaciones
 
Yud
Se combina con las
12 letras restantes:
012 combinaciones
 
Caf
Se combina con las
11 letras restantes:
011 combinaciones
 
Lámed
Se combina con las
10 letras restantes:
010 combinaciones
 
Mem
Se combina con las
09 letras restantes:
009 combinaciones
 
Nun
Se combina con las
08 letras restantes:
008 combinaciones
 
Sámej
Se combina con las
07 letras restantes:
007 combinaciones
 
Ain
Se combina con las
06 letras restantes:
006 combinaciones
 
Pei
Se combina con las
05 letras restantes:
005 combinaciones
 
Zadik
Se combina con las
04 letras restantes:
004 combinaciones
 
Kof
Se combina con las
03 letras restantes:
003 combinaciones
 
Resh
Se combina con las
02 letras restantes:
002 combinaciones
 
Shin
Se combina con la
01 letra restante:
001 combinación
 
Taf
Ya está combinada
Total:
231 Puertas

ADN

El ADN contiene la información genética de los organismos vivos y es la base de la herencia. Está conformado por cuatro bases:
Adenina - Guanina - Citosina - Timina
Los signos en la secuencia del Zodíaco del Árbol de la Vida también están conformados por cuatro elementos:
Fuego - Aire - Agua - Tierra
 

Hexágono

La suma kabbalística de los diez elementos situados en los diez sephiroth nos da como resultado el seis, el hexágono:
1 + 2 + 3 + 4 + 20 + 40 + 80 + 200 + 300 + 400 = 1050 = 1 + 0 + 5 + 0 = 6

Numero Phi

En relación con la distribución que plantea y especifica el Sepher Yetzirah sobre tres las letras Madres, hemos descubierto algo muy interesante:
Shin
Alef
Mem
300
1
40
3
1
4
=
Pi
Otra especificación muy interesante del Sepher Yetzirah es el significado de la letra Mem:
1- Tres Madres: Alef, Mem y Shin. Mem es el equilibrio de la culpabilidad, Shin el equilibrio de la inocencia y Alef es la lengua del decreto decidiendo entre ambos.
"Mem es el equilibrio de la culpabilidad."
La letra Madre Mem equivale al número 40, que era el rango de Enki, también conocido como "La Serpiente", creador de la humanidad y "culpable" de que ésta comiera del "Árbol del Conocimiento

Las tres letras hebreas madre.

Fuego - Calor
Aire - Templado
Agua - Frío
La cabeza creada por el Fuego, en lo más alto.
- El pecho creado por el Aire, entre ambos.
- El vientre creado por el Agua, en lo bajo.

Alef - Aire - Espíritu - Templado - Pecho
Mem - Agua - Tierra - Frío - Vientre
Shin - Fuego - Cielo - Calor - Cabeza





lunes, 29 de junio de 2015

Daath

Daath es Conocimiento. Es el llamado falso Sephirah por tratarse de una esfera de conocimiento abstracto que solo se descubrirá a quien se haya abierto a la luz, de lo contrario seguirá siendo un misterio, un abismo, una puerta oculta. Daath está en el corazón de cada Sephiroth, de cada ser humano y por ello es un Sephirah totalmente subjetivo: hay quien no lo verá jamás y hay quien sabrá sintonizarse con su esencia. Se sitúa debajo de Kether, a medio camino de Hochmah y Binah en el centro del Etz Hayim o Árbol de la Vida.

Daath es el punto de percepción más elevado del alma humana. Cuando el Yo Superior ha alcanzado la estatura completa de su desarrollo evolutivo, puede elegir entre volver a encarnarse para ayudar al desarrollo de la vida en Malkuth o elevarse y dispersarse en el Gran Logos.

En Daath se asumen los plenos poderes y se alcanza una percepción completa de Ain Sof Aur, esa Gran Luz. Daath representa la Iluminación y Malkuth nos permite la experimentación de esa iluminación pero desde el desapego total porque la personalidad mortal ya no se identifica con su densidad y se separa fácilmente  de su ropaje transitorio.

Daath es también llamado la Habitación Vacía. La ausencia de símbolo nos ayuda a comprender el Desnudamiento completo de Dios. Ni fuerza ni forma, pero ambos contenidos en un estadio de suprema meditación. Este es el "secreto" del Sendero de Etz Hayim, de Hesed hacia Daath en un proceso que adentra al iniciado en la Noche Oscura del Alma.

Malkuth

Malkuth es el reino de Kether en la Tierra. En Malkuth existen los principios de los 4 elementos, Fuego, Agua, Aire Tierra. Todas las partículas de nuestro universo personal, -el microcosmo-, se congregan en Malkuth porque es el Sephirah que nos permite la cristalización de todo lo que hemos adquirido en los distintos Mundos, como resultado “estable” de la coherencia de la conciencia que se ha puesto en marcha para permitirnos Ser.

Los Sephiroth del Árbol Cabalístico encuentran en Malkuth el punto culminante en la experiencia material. Es el anclaje hacia nuevas realidades una vez hemos vivido los capítulos correspondientes al desarrollo de nuestro destino.

En su recorrido por el Árbol de la Vida, el alma sueña ser “algo” único, una unidad en una multiplicidad; un cuerpo en el cuerpo de Dios, Adán Kadmón prototipo del ser celestial que debe unirse a la Shekinah, la Gran Matrona del Mundo. Malkuth es el sueño hecho realidad, hecho carne. De Tiphereth a Yesod el ser recibe la vida para cristalizarla en Malkuth que lleva en si todos los elementos condensados de la creación, la de Arriba y la de Abajo.

Hay en Malkuth una espiritualidad sistémica, es decir que afecta el Mundo de Assiah o Acción, y es que en Malkuth arde el Fuego de la espiritualidad, bulle el Agua de la emanación emocional, circula el Aire del fermento del Verbo Creador y se consolida la Tierra de la realización.

Malkuth es el Reino de la Muerte, nos dice la Tradición de la Cábala, porque es el Reino que nos permite la constante renovación. Vida-Muerte-Vida. Debemos volver a la naturaleza para que esta nos acoja y nos devuelva a la existencia. Cuando no respetamos las leyes del Cielo, o las de la Tierra, volvemos una y otra vez para aprender y reconsiderar nuestros actos. La Naturaleza, regida por Binah, nos somete a su “ley”.

Así debemos entender la Ley que nos “somete” a la reencarnación, esa sucesión de vidas que tenemos ineludiblemente que pasar con un cuerpo único, una serie de distintivos que nos hacen ser irrepetibles en Malkuth, pero con un bagaje hecho de secuencias que nos acercan paso a paso a la Sabiduría. Es lo que buscamos cuando después de haber bajado por los Senderos del Etz Hayim tenemos que empezar el camino de retorno; es la Ascensión.

Manifestamos nuestras vidas en 4 campos, en 4 Mundos, en 4 Cuerpos, en 4 elementos, desde Atzilluth o Emanación a Assiah o Acción, donde la forma tiene su máximo esplendor y desarrollo. Cuando nos referimos al axioma hermético: “Lo de Arriba es igual que lo de Abajo y lo de Abajo es idéntico a lo de Arriba”, estamos hablando de ser a imagen y semejanza de la naturaleza física, emocional, mental y espiritual, por lo tanto, en Malkuth vamos a experimentar progresivamente todo este desarrollo con todas sus consecuencias y magnificencia.

La Kabbalah (Cábala) nos permite reconocer con su sistema o tratado de comportamiento, la suprema sabiduría de la construcción de este Árbol de frutos que nos desvela el misterio de la Vida.

Malkuth nos destierra pero a la vez nos eleva porque encarnación tras encarnación nos aproximamos a la esfera del máximo conocimiento. De Malkuth a Kether en la Ascensión nos encontraremos con Daath, Sephirah velado a la conciencia que aún no se ha expresado, no se nos ha revelado.

El fundamento Yesod

: Yod-Samekh-Vav-Daleth. Arquetipo de la fecundidad. Noveno Sephirah y base de la Columna del Equilibrio. Nos habla de la “Inteligencia Pura”, porque es el encargado de purificar todas las emanaciones restantes del Árbol de la Vida o Árbol Cabalístico. La imaginación al poder.

Yesod es el fundamento del Universo tal y como nos revela su imagen planetaria, la Luna, cuna de las emociones, útero, cobijo y esencia adscrita a Cáncer. Último Centro del Mundo de Formación o Yetzirah cerrando el triángulo inferior que va de Netzah a Hod. Refleja la forma que se ideó en Binah, la imagen que se ve, y su espíritu conecta con Tiphereth y con la materia en Malkuth.

Yesod recibe las emanaciones de todos los Centros del Árbol de la Vida y los computa para que se infiltren armoniosamente en el mundo físico. Los 4 Elementos, Fuego, Agua, Aire y Tierra están representados en Yesod en esa quintaesencia de todo lo aprendido que va a expresarse definitivamente en Malkuth para finalizar el ciclo.

La función de Yesod es la de purificar porque filtra los contenidos no aptos para la expresión de la imagen. Es la magia de la que hablamos en Hod, permitiendo que la verdad que al fin ha de palparse, se manifieste en todo su esplendor. Pero es necesario entender que en Yesod no se crea la magia, sino que se materializa lo que ha sido creado a partir de la chispa en Kether y bajando peldaño a peldaño por la Organización de Etz Hayim o Árbol de la Vida. La madre cobija en el útero el fruto de la unión del espermatozoo y el óvulo, por lo tanto en Yesod no se podrá escenificar aquello que no se diseñó previamente. Ya existe, ya ES.

Cada acto de nuestra vida tiene un origen espiritual, mental, emocional para acabar densificándose y ser forma, se trate de pensamiento, sentimiento, o materia. Yesod es el puente que nos lleva definitivamente a abajo. La conciencia que actúa en Malkuth succiona la esencia de Yesod porque está directamente unida a Tiphereth, (nuestro Kether), para que ese material-experiencia terrenal posea los polos positivo, -Sol-, y negativo, -Luna-.

Yesod es considerado la morada de la Ilusión, Maya, porque allí reinan todas las imágenes. La imaginación se alimenta de las creaciones de Yesod, después de haber acumulado deseos y sensaciones, (Netzah), junto con el poder de la razón, (Hod), para que la intuición funcione al máximo en nuestros mecanismos internos, pero para ello es necesario conectar con las profundidades de nuestro inconsciente.

Si decíamos que en Hod están todos los arquetipos del mundo de pensamiento, en Yesod abunda el Éter Reflector de la Tierra, el que contiene la memoria de todas las vidas del planeta, del universo. En este Centro se manifiesta el inconsciente colectivo de la humanidad, vidas, encarnaciones pasadas y actuales. La rueda del nacimiento no es otra cosa que la del aprendizaje de los Senderos del Árbol de la Vida, de lo macrocósmico a lo microcósmico.

Yesod-Luna es el satélite de la Tierra y guarda la memoria de todos los planos de manifestación por las que el ser humano va pasando. Durante las 4 fases de la Luna el ser humano tiene la posibilidad de conectar con la sabiduría ancestral que almacena desde el alba de su nacimiento hasta el ocaso de su existencia. Yesod-Luna está en perpetuo movimiento de flujo y reflujo para darnos la posibilidad de percibir los misterios desde dentro y desde fuera. La iniciación a los misterios de la Cábala refleja este principio positivo-negativo.  Las Fuerzas de Yesod-Luna son tremendamente poderosas, de ahí que las antiguas culturas siempre respetaron los ciclos lunares. Yesod gesta por su polo negativo y da a luz por su polo positivo. La mujer es la digna representante de Yesod por poseer ese doble etérico en su misma función de mujer fecundadora y fecundada. El hombre de hoy será la mujer del mañana.

El Arcángel Gabriel es el guardián de Yesod

Estados del Alma

  1. Raíz, Mundo de Atzilluth o Emanación, es el Mundo Arquetípico, donde se origina la Organización Cósmica. En este Mundo se asigna a los Diez Sephiroth diez formas de los Nombres Divinos. Son nombres metafísicos que nos sirven para evocar las esencias propias de cada uno en su máxima expresión alquímica. Antes de llevar a cabo una creación hay que proyectarla, que emane de nuestra voluntad de crear.
  2. Atzilluth es ese primer Mundo donde el manto de todo lo divino recubre la faz de todo lo que ES. Lo asociamos al Fuego Emanación de la Divinidad, del macro al microcosmos. Las raíces son la cabeza pensante de un árbol.
  3.  
  4. Árbol: Mundo de Creación o Briah. Es el Mundo donde opera la magia más elevada, utilizando las Letras Sagradas que a su vez son números. En Briaho Beriya empieza el proyecto del diseño de la forma. Lo asociamos al orden que establece lo que será la futura forma, la creación. Podemos decir que la humanidad proviene de este Mundo, donde la interiorización de la Emanación-Voluntad se medita a sí misma. El Árbol crece, su tronco se vigoriza.
     
  5. Rama: Mundo Formación o Yetzirah. Diez Sephiroth conscientes actúan de forma concreta, posibilitan la activación de las esencias de cada uno de los Centros de Poder. La Emanación Divina ya se manifiesta mediante múltiples formas. Las ramas del Árbol crecen, se multiplican, se comunican, prefiguran ya la Creación tangible.
     
  6. Fruto: Mundo de Acción o Assiah. En Assiah, la Acción, es la materia que se encuentra con los distintos planos de manifestación de la energía, el plano astral inferior y etérico, físico. Los 10 Sephiroth no pueden ser comprendidos en un solo plano porque su naturaleza es cuádruple como 4 son los Mundos de donde proviene su vibración. Así vemos que cada Sephirah se compone de su energía más material o mundana, de Assiah, de las vibraciones del Mundo de Yetzirah, de Briah y finalmente por los aspectos de la Divinidad, ocultos tras los Velos Negativos de la Existencia de Atzilluh. El proyecto parece haber llegado a su fin, la acción es inminente. Las Emanaciones divinas se manifiestan a través de los diez chacras mundanos, de la Tierra, de los planetas, el Zodiaco, los 4 elementos unidos ya en un propósito firme de cristalización. El fruto está maduro y eclosiona.

ALQUIMIA
 
Los Cuatro Elementos (2). Los cuatro elementos, o mejor, los cuatro principios que ellos simbolizan (que constituyen cualquier posibilidad de manifestación y por lo tanto, la de toda materia, puesto que ésta es la combinación de esos principios o elementos en rotación, alternándose los unos con los otros; los que no son sino la emanación de un mismo principio creador universal que toma diferentes modos o formas designadas por distintos nombres) se llaman, como ya bien sabe el estudiante de esta Introducción a la Ciencia Sagrada, fuego, aire, agua y tierra. El fuego simboliza el principio radiante que es el más alto de todos. En el Arbol de la Vida correspondería a Atsiluth, a lo ontológico, o sea al Ser, y al Espíritu. Es la primera posibilidad de la materia, el hálito espermático del azufre capaz de fecundar la potencia mercurial, la penetración por la palabra, o sea la luz pura simbolizada por este principio radiante, materializado en lo que significa lo ígneo, de lo cual el fuego es el emblema. El siguiente elemento, o estado de la materia, es el aire o energía gaseosa y sutil, correspondiente a la levedad e inestabilidad de lo emocional, al plano de Beriyah, a la primera construcción de lo cosmogónico, a la sublimación de lo fluídico, a la transmisión de toda posibilidad, al soplo del aire como causante de la generosidad de las lluvias y la generación vegetal, y también al alma superior, la que está por encima de la superficie de las aguas. El tercer elemento es el agua, gas condensado, o energía fluídica, capaz, como ya se ha dicho, de generar, pero también de corroer. Toda materia es ablandada por el agua, que igualmente siempre encuentra un cauce y que es capaz de adaptarse a la forma que le toque. Corresponde al plano de Yetsirah y al peligroso y atractivo psiquismo inferior; a las bellas y a las artes. También a una condensación de lo aéreo y por lo tanto a una progresiva solidificación, a una transformación de aquel principio radiante, de aquella primera emanación que se expresó por un soplo que ahora, al coagularse, se presenta en estado líquido. El último elemento es la tierra, que es el receptáculo y a la vez contiene en su seno a los restantes principios, elementos, o estados de la materia, y es la energía solidificada de esa materia, el summum de su densidad y de sus posibilidades de concreción. Corresponde al plano de Asiyah, a la gran madre, a la potencia del acto permanente, a lo pasivo en continuo movimiento, a la última manifestación de la perfección universal, espejo de la perfección de su creador.
Hay un quinto elemento que es el éter, al que se suele simbolizar en el centro de una rueda de la cual irradian los otros cuatro principios, y alrededor del cual giran. Es pues su origen al que constantemente retornan y la oculta raíz de todo, un 'motor inmóvil' más relacionado con el No Ser que con el Ser, emparentado con Ain y En Soph: con lo auténticamente metafísico, lo invisible, lo inexpresable, lo verdaderamente desconocido, lo que está por encima de la corona, que todavía apoya sobre la cabeza, emblema del cuerpo mineral.
Estos cuatro elementos están constituidos por los tres principios alquímicos: el azufre, el mercurio y la sal, que interactúan constantemente entre sí como a su vez lo hacen estos elementos entre ellos. Se les ha querido comparar con una rueda dentro de otra rueda, o como una rueda que fija doce posibilidades (3 x 4), el zodíaco (ver Módulo II, acápite 73). Estos tres principios como sabemos están presentes en toda 'materia' o energía, así se presente esa energía en estado radiante, gaseoso, fluídico, o de manera sólida. A estos tres principios los podemos asociar con Osiris (+), Isis (–), y Horus (N), hijo de ambos, que por lo tanto contiene parte de los dos, a los que debe su existencia. Pero sobre todo hemos de vincularlos con el Arbol de la Vida y sus tres columnas que se van solidificando en cuatro etapas sucesivas que, sin embargo, coexisten en cualquier materia, como los cuatro planos o mundos del Arbol de la Vida coexisten entre sí.
Debemos aclarar que tanto en el trabajo hermético como en Alquimia instrumental la labor interna es invertida con respecto a las emanaciones creativas. Está a contrapelo, y hay que remontar el río hasta sus fuentes. Por eso es que se habla precisamente de un trabajo. La materia física ha de irse descartando y sutilizando, de lo opaco a lo transparente.
 

Letras hebreas doble

La primera letra doble es Bet-Beth(ב), que se ubica entre Chokmah y Chesed, reina sobre la sabiduría y su opuesta la locura, la Luna en el universo, el domingo-Rishon o 1er. día en el año, el ojo derecho en el alma.
La segunda letra doble es Gimel-Ghimel(ג), que se ubica entre Binah y Geburah, reina sobre la riqueza y la miseria, Marte en el universo, lunes-Sheni o 2do. día en el año, la oreja derecha en el alma.
La tercera letra doble es Dalet-Daleth(ד), que se ubica entre Keter y Tiferet, reina sobre la semilla y la desolación, el Sol en el universo, martes-Shlishi o 3er. día en el año, la fosa nasal derecha en el alma.
La cuarta letra doble es Kaf-Khaf(כ), ubicada entre Chesed y Netzach, reina sobre la vida y la muerte, Venus en el universo, miércoles-Rebii o 4to. día en el año, el ojo izquierdo en el alma.
La quinta letra doble es Peh-Pheh(פ), que se ubica entre Geburah y Hod, reina sobre el dominio y la esclavitud, Mercurio en el universo, el jueves-Jamishi o 5to. día en el año, la oreja izquierda en el alma.
La sexta letra doble es Resh-Rhesh(ר), ubicada entre Tiferet y Yesod, reina sobre la paz y la guerra, Saturno en el universo, el viernes-Shishi o 6to. día en el año, fosa nasal izquierda en el alma.
La séptima y última letra doble es Tav-Thav(ת), que además es la última letra del alefato, se ubica entre Yesod y Malkuth, reina sobre la gracia o belleza y la fealdad, Júpiter en el universo, el sábado-Shabat o 7mo. día en el año, la boca en el alma.